En un gabinete en el que destacaron nombres con brillo propio como Carmen Calvo, Pedro Duque o José Luis Ábalos, el de Luis Planas (Valencia, 1952), conocido por haber tratado de disputarle (sin éxito) la secretaría general a Susana Díaz en Andalucía y por su paso por el Parlamento Europeo, no fue uno de los nombramientos más llamativos del primer gobierno que compuso Pedro Sánchez en 2018. Sin embargo, cinco años y tres remodelaciones del Ejecutivo de mayor o menor calado después, el valenciano afincado en Córdoba, de donde es diputado y donde ha desarrollado su carrera política, se ha asentado en el Consejo de Ministros y continuará con la cartera de Agricultura bajo el brazo.
Licenciado en Derecho y con plaza de inspector de Trabajo, Planas vivió en primera persona la conformación del gobierno de Felipe González. Fue uno de los 202 diputados que votó a favor del sevillano en 1982. Aquello fue solo el inicio de una carrera política que le ha devuelto al mismo lugar, el escaño en el Congreso de los Diputados por Córdoba, más de 40 años después, aunque añadiendo responsabilidades de gobierno a sus funciones. Ahora que se diferencia entre la vieja y la nueva guardia del PSOE, Planas es el puente que une las dos orillas.
Del Congreso dio el salto cuatro años después al Parlamento Europeo, una experiencia clave para las tareas que hoy forman parte de sus competencias. La cartera de Agricultura, Pesca y Alimentación tiene un pie en los campos españoles y otro en las instituciones europeas. De Bruselas llegan las principales normativas y ayudas y es esa batalla en la que el incombustible Planas se ha afanado en los últimos años. Y con ella, parece haberse ganado la confianza continuada de Sánchez como se demuestra su continuidad al frente del ministerio.
Planas no llegó, sin embargo, al Ministerio de Agricultura sin conocimiento práctico sobre la materia. Un cuarto de siglo antes de tomar la cartera había sido consejero de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, cargo en el que estuvo en dos etapas, primero de 1993 hasta 1994 hasta que pasó a ser consejero de Presidencia en esta autonomía, y posteriormente entre 2012 y 2013 hasta que dio el salto a las instituciones comunitarias como secretario del Comité Económico y Social de la UE. Entre medias, fue embajador en Marruecos entre 2004 y 2010 y embajador de España ante la UE entre 2010 y 2011.
Su paso por Bruselas fue clave para que Sánchez lo eligiera para el cargo en 2018. Desde entonces, la batalla ha sido en Bruselas con negociaciones en las sombras, muy técnicas, donde el valenciano ha sabido moverse y se siente cómodo. Entre sus logros, destacó como un “gran éxito” estar en el “primer pelotón de países” a los que se le aprobó el Plan Estratégico de la Política Agrícola Española 2023-2027.
Pero no todo ha sido despachos y negociaciones. Planas ha tenido momentos de salir a la luz de los focos y los medios ante determinados choques con sus compañeros de gobierno de Unidas Podemos y especialmente, con Alberto Garzón, ministro de Consumo. El más sonado, el de la carne en febrero de 2022, que le obligó a ponerse en los focos donde no está acostumbrado a salir para afear al dirigente de IU sus declaraciones “desafortunadas” sobre el sector ganadero. “Soy educado, muy discreto, pero poco blando en la negociación”, dice Planas de sí mismo. Esa capacidad es más necesaria que nunca ante la legislatura más enrevesada.