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Incógnita y ola de rumores sobre el futuro de la embajada en Israel, un lugar clave para Javier Milei

El armado del gobierno de Javier Milei tiene aún muchas indefiniciones. Una de ellas apunta a la relación con el mundo y a los embajadores que van a representar al nuevo jefe de Estado en el exterior.

Si bien la canciller designada, Diana Mondino, asegura que usará la mayor cantidad de diplomáticos para cubrir las jefaturas y otros cargos en las sedes del exterior, el Presidente electo está decidido a reservarse los puestos que considere centrales para su gestión.

Uno de ellos es el del futuro embajador ante Israel, el país con el que Milei muestra tiene afinidad emocional y política junto a Estados Unidos. También un acercamiento religioso y cabalístico al judaísmo con el sector más ortodoxo.

Horas después de su triunfo, el 19 de noviembre, Milei informó que su representante en Washington será el empresario Gerardo Werthein, quien pagó el viaje de esta semana del nuevo equipo presidencial a Nueva York y Washington DC. Después, se confirmó la continuidad de Daniel Scioli en Brasilia. Pero la jefatura de la embajada en Tel Aviv seguía siendo una incógnita, y está recargada de especulaciones.

Julio Goldstein, el economista amigo de Javier MileiJulio Goldstein, el economista amigo de Javier MileiEsta mañana, altos miembros de la comunidad judía recibieron mensajes en sus teléfonos de que el amigo de Milei, Julio Goldstein, será el embajador designado en Israel.

Más aún, el mensaje, recibido por altas personalidades de la colectividad en contacto con Clarín, daban cuenta de que esas líneas recibidas con un saludo de «shabbat shalom» daban cuenta del “Excelentísimo embajador en Israel Julio Goldstein”. Otra versión daba cuenta de que el elegido para la sede sería el propio rabino marroquí Axel Wahnish, con quien el presidente electo sigue estudiando La Torá. Ha sido su apoyo espiritual.

Altos miembros del gobierno electo negaron rotudamente que todo estos supuestos nombramientos fueran ciertos.

Pero reconocieron que para la embajada de Israel, Milei quiere un embajador político. Las jefaturas de las representaciones argentinas en el exterior -algunas un verdadero botín político, social y económico- seguían entre el jueves y viernes.

Goldstein es el economista que Milei siempre cita en sus recuerdos como el joven que hace años, tomando clases de economía con ėl lo terminó acercando al judaísmo. Y también al templo de la calle Borges, que conduce el propio Wahnish. Goldstein es de la UCR, ex Franja Morada. Fue alumno del asesor de Milei, Alberto Benegas Lynch, en ESEADE. Y es quien le acercó el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) a Milei.

El presidente electo de Argentina, Javier Milei visitando la tumba del rebe en Nueva York el lunes pasado Foto EFE El presidente electo de Argentina, Javier Milei visitando la tumba del rebe en Nueva York el lunes pasado Foto EFE Entre Argentina e Israel, y otros miembros de la colectividad, hay un entendimiento no explícito de que los embajadores en Israel no sean de origen judío para evitar conflictos. El único que se recuerda como tal es Pablo Mangel, enviado por Juan Domingo Perón como el primer embajador argentino en Tel Aviv en 1949.

Muchos afirman que antes del 14 de diciembre el nuevo embajador en Israel estará nombrado. Ese día, la dirigencia de la colectividad, y toda la “crema” politica confluirá en el Encuentro Empresarial Argentina-Israel que organizan el presidente de la Cámara Argentino-Israelí Mario Montoto, y en el que será invitado estelar el embajador Eyal Sela. Milei y Mondino están invitados.

Otro trascendido sobre la sede es el deseo de la dirigencia judía de que el encargado negocios de la embajada en Tel Aviv, Francisco Tropepi, siga al frente de la misma.

Tropepi, que es diplomático de carrera, se ganó la simpatía de los dirigentes porque lleva una muy buena gestión desde que la sede se quedara sin jefatura a nivel embajador.

La desprolijidad del gobierno de Alberto Fernandez para con dicha embajada quedó equilibrada por la gestión de Tropepi, que el jueves recibió a los familiares de los rehenes argentinos de Hamas en Gaza, y a una misión argentina de solidaridad con Israel en medio de su guerra contra el grupo terrorista. La misión la integraron las cúpulas de la la DAIA, entre otros, Jorge Knoblovits, Marcos Cohen, de la AMIA, Amos Linetzky y Gustavo Sakkal.

Tropepi podría haber sido ascendido a embajador, pero no lo hicieron. Desde el fin del gobierno de Macri en diciembre de 2019, cuando terminó su misión el embajador Mariano Caucino, la sede tuvo embajador en funciones por menos de dos años. El ex gobernador de Entre Ríos Uribarri llegó a fines de 2020 y tuvo que renunciar a comienzos de 2022 para enfrentar unas causas judiciales.

Más tarde y pese a las críticas, Alberto F. nombró a Cristina Caamaño, la ex interventora de la agencia de los espías (la AFI) como embajadora en Israel, que le dio el placet. Resistida fuertemente por la colectividad judía argentina, el Senado nunca trató su pliego de confirmación.

Milei se llevó siempre mal con la cúpula de la DAIA. Y su vínculo religioso con un sector de los ultra ortodoxos también es otro eje de polémica.

El presidente electo ya explicó las razones por las que su bloque no firmó la ley de Duelo por el atentado a la AMIA de 1994, y dijo que si se votara de nuevo sí lo haría. Pero todavía no aceptó relacionarse con la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), cuyas invitaciones nunca atendió. La DAIA lo criticó fuertemente cuando rechazó adherir a la ley de duelo que tiene media sanción de Diputados.

Otro motivo de inquietud pero por fuera de la colectividad es que Mondino re confirmó a Clarín en una entrevista el domingo pasado que la intención de Millei es la de cumplir con su promesa de trasladar la sede argentina de Tel Aviv a Jerusalén, como lo hizo el ex presidente Donald Trump en su momento. Es una decisión no exenta de polémica, más aún ahora en medio de la guerra de Israel contra Hamás que abrió una nueva y sangrienta herida en Oriente Medio.

Otro síntoma de debate se abrió como trascendió en el viaje visita a la tumba del rebe Menachem Mendel Schneerson, de la comunidad Lubavitch, que hizo Milei esta semana en su viaje viaje a Nueva York y Washington.

Pero no fue esa visita lo que generó ya debate. Eso ocurrió tras una llamada a Karina Milei, la hermana del presidente electo, y el posterior traslado de los hermanos Milei sobre el final del día a visitar David Hanania Pinto, un francés cuyos orígenes de encuentran en Marruecos donde su abuelo fue considerado un «Tzadik» , una especie de Santo iluminado. Pinto es un cabalista que tiene seguidores en todo el mundo y sedes de Hevrat Pinto en 17 países.

En Buenos Aires la misma se encuentra en Viamonte casi esquina Pueyrredón. Uno de sus seguidores y sostenedores más importantes en Cesar Wengrower el dueño de la empresa SICA.

La exposición del presidente llorando y en un acto intimo y religioso con los ultra ortodoxos incomodó mucho en la colectividad, donde consideran que esas imágenes que no representan a todo el judaísmo «fogonean» y no combaten el antisemitismo.

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