El viernes previo a las elecciones, los mercados cerraron prácticamente sin precios, con el dólar blue cotizando por arriba de los $1.000. El batacazo de Sergio Massa modificó el panorama, tranquilizó relativamente los mercados “y es probable que la incertidumbre, sin bajar demasiado, algo se estabilice”, dice Soledad Pérez Duhalde, economista jefe de la consultora Abeceb.
El escenario que emergió de los comicios del 22-O ya no es tan turbulento, pero “una cosa es el lenguaje de las urnas y otra muy distinta es el que habla la economía, que muestra desequilibrios muy difíciles de manejar y que reclaman cambios urgentes”, aclara la experta y recomienda analizar 6 temas calientes hasta el balotaje: brecha cambiaria, deuda comercial, inflación, salarios, déficit fiscal y la caída de depósitos.
Por pedido de Clarín, economistas y entendidos abordaron las principales encrucijadas que afronta el Gobierno hasta el 19 de noviembre. Lo que sigue es un resumen de sus conclusiones.
1) Brecha cambiaria
Ricardo Delgado (Analytica): Que la dolarización y el cierre del BCRA no hayan sido las opciones más votadas en las generales suaviza las turbulencias en esta transición y ayuda a disminuir la tensión cambiaria. Además, la activación del segundo tramo del swap chino y el anticipo de la licitación del 5G facilitan las cosas.
Fernando Marull (FMyA): El Gobierno lograría mantener calmo el dólar paralelo hasta el 19-N. Para esto lanzó el dólar exportación (70% dólar oficial y 30% al dólar paralelo), lo que aumenta la oferta de divisas. También aplica amenazas para desinflar al dólar blue. Y un Javier Milei “más moderado” ayuda a la calma cambiaria.
Martín Kalos (EPyCA): La suba de los dólares paralelos previa a las elecciones era esperable en un contexto de escasas reservas y el exceso de oferta de pesos. En paralelo, la política de frenar el dólar oficial llevó a una ampliación de las brechas cambiarias a niveles de entre 150% y 200%. De cara al balotaje, Massa haría una salida del cepo cambiario gradual, con una devaluación menos brusca. Por ende, en el corto plazo los dólares paralelos no parecerían baratos.
Pérez Duhalde: La brecha cambiaria por encima del 200% es letal para las expectativas de inflación. Con reservas negativas y con emisión endógena vía “Plan platita” y Leliq, la situación no va a cambiar sin reformas.
2) Deuda comercial
Matías Surt (Invecq): La deuda comercial seguirá creciendo y superará los US$25.000 millones al momento del cambio de gobierno. Más allá de quien gane, se le va a dar una salida gradual para generar una demanda excesiva sobre el mercado de cambios. Eso va a implicar que el sector privado tenga que renegociar deudas con sus proveedores.
Kalos: Según el BCRA, la deuda por importaciones era de US$43.000 millones a fines de setiembre. Esta deuda continuará aumentando hasta que un nuevo gobierno resuelva cómo salir de esta parte del cepo. De cualquier forma, esto no será gratuito: esto generará costos financieros adicionales a las importaciones y pérdida de competitividad en el futuro.
3) Caída de depósitos
Santiago Romero Manoukian (Ecolatina): El hecho que el candidato con las propuestas más disruptivas y menor percepción de gobernabilidad (Javier Milei) haya obtenido un menor apoyo que el esperado podría contribuir a cierto relajamiento de las expectativas devaluatorias y en las presiones sobre el dólar. Este factor puede ayudar a descomprimir la fuerte tendencia de repudio al peso, amortiguando la caída en los depósitos en pesos y de dólares.
Delgado: La brecha cambiaria se mantendrá en niveles altos pero estables, lo que también contribuye a moderar la observada y todavía leve salida de depósitos en pesos.
«La brecha cambiaria estable contribuye a frenar la salida de depósitos en pesos», dice Ricardo Delgado.Pérez Duhalde: Hay caída de la demanda de dinero, con depósitos a plazos que caen en términos nominales y con un stock de depósitos en dólares debajo de los US$15.000 millones.
Kalos: La salida de depósitos es un síntoma de la incertidumbre. Se perdió el 10% de los plazos fijos en pesos en los primeros 20 días de octubre. Buena parte de esos pesos demandaron dólares paralelos, pero el cepo cambiario y la flaca demanda de moneda nacional hacen que esos pesos no tengan a dónde más ir.
4) Inflación
Pérez Duhalde: La inflación mensual es la más alta desde 1991, con sesgo hacia la suba de alimentos en un contexto de pobreza del 40%, lo que pone límites al ajuste fiscal.
Kalos: El 12,7% de septiembre ya no puede tomarse como el último dato “alto”. El nuevo piso para la inflación en estos meses se instaló en los dos dígitos. De cara al balotaje, el nuevo “dólar para exportaciones” busca moderar la cotización de los dólares paralelos (que es parte del costo de importaciones) pero también sube el precio en pesos de las mercancías que se exportan.
5) Salario real
Delgado: Massa puede llegar al balotaje con una inflación un poco inferior a la de agosto y septiembre, pero difícilmente perforando los dos dígitos. Los salarios reales no se recuperarán: en agosto cayeron 4,2 puntos reales. Se trata de una paradoja de una economía donde una “frágil estabilidad de bajísima intensidad” se presenta como opción ante lo oscuro y desconocido.
Pérez Duhalde: El salario real está entre un 20% y un 40% por debajo de 2017. La generación de empleos, aun siendo de mala calidad, es un paliativo; pero una profundización de la recesión por el parate de las transacciones y el cepo sería muy negativa para el ingreso de las familias.
«El salario real está entre 20 y 40% por debajo del nivel de 2017», señala Soledad Pérez Duhalde.Surt: Difícilmente el salario real se recupere luego de los dos últimos datos de inflación mensual de 12,4% y 12,7% de agosto-septiembre. En el mejor escenario, desde octubre los ingresos empiezan a empatar a la inflación y se detiene la caída.
Kalos: No está aún en el horizonte que la economía argentina dinamice una recuperación de los salarios, perjudicados por la falta de crecimiento y la proliferación de empleo precarizado desde 2016. Es más, el salario que más subió en los últimos dos años fue el salario público, mientras el privado no registrado continuó mermando. La aceleración inflacionaria desde agosto hace que los salarios vuelvan a correr de atrás a los precios. Con las centrales sindicales en general aliadas a Massa, los reclamos de recomposición salarial en estas semanas antes del balotaje serán moderados.
6) Déficit fiscal
Delgado: Aun cuando el ministro-candidato, que comenzó su gestión con atisbos de corrección fiscal, haya incrementado el desbalance en 1,5% del PBI para 2024 con sus recientes medidas electorales. Según lo que verbaliza, pretendería corregir en una eventual presidencia por medio del aumento de impuestos para innumerables sectores y actividades hoy exentos o con alícuotas reducidas, lo que se conoce como los “gastos tributarios”, que alcanzan 2,5% del PIB. Hasta septiembre al menos no se detectaba un desborde mayúsculo del déficit, pero es probable que desde octubre la situación se modifique.
Marull: El “Plan platita” para octubre fue de $1,5billones y Massa aumentó 3 millones de votos; es decir que esto equivale a casi $500.000 por voto nuevo. Fue exitoso. Así que es posible que en las próximas semanas, el ministro-candidato va a estar activo con medidas de ingresos y transferencias a Provincias. Pero no abusará porque no tiene tanta caja y quiere acotar el uso de “maquinita”.
Pérez Duhalde: El déficit fiscal debe ser controlado para evitar pisar el umbral de la hiperinflación. Llega a $2,6 billones a setiembre y está muy por encima de la meta de 1,9% del PBI.
Kalos: Tras bajar el gasto público en términos reales en los primeros 8 meses del año, desde septiembre el Gobierno comenzó a ampliarlo: sus medidas post-PASO sumaron 1,1 puntos del PBI al déficit. De cara al balotaje, en todo caso podría haber anuncios; pero difícilmente lleguen a implementarse mayores expansiones de gasto antes de que se elija un nuevo presidente.