La Laguna Grande de San Pedro de la Paz fue escenario de dos gritos dorados de Agustín Vernice, con apenas una hora de diferencia. El orgullo de Olavarría -aunque bahiense de nacimiento- se coronó campeón en el K1 1000 y el K4 500 (junto a Gonzalo Lo Moro Benassi, Manuel Lascano y Gonzalo Carreras), cerró con tres medallas su paso por los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y cumplió el objetivo con el que había venido a la capital chilena. Y además de alimentar la cosecha dorada celeste y blanca, ayudó al seleccionado nacional a quedar segundo en el medallero del canotaje sprint, con una destacada actuación que dejó siete podios.
A los dos oros y la plata de Vernice (esa última en el K2 500 con Lo Moro), se sumaron otras dos plateadas –Brenda Rojas en K1 500 y en K2 500, junto a Magdalena Garro– y los bronces de Valentín Rossi en K1 1000 y del K4 500 femenino formado por Sabrina Ameghino, Candelaria Sequeira, Martina Isequilla y Lucía Dalto Aziz.
Fue la misma cantidad que en Lima 2019, aunque con diferentes colores, ya que en la capital peruana se habían sumado cuatro doradas, una plateada y dos de bronce. Vernice había sido responsable de dos de esos cuatro títulos, K1 1000 y K2 1000 con Lascano. A Santiago, vino con la idea de superar esa actuación y lo consiguió.
«Estoy recontra contento, porque pude cumplir el objetivo», afirmó en charla con Clarín el flamante triple medallista panamericano. «Las medallas del sábado fueron muy emotivas. En el K1 sabía que era el candidato y eso genera una presión extra. Pero lo pude administrar bien, pude competir tranquilo pese a eso. Y en el K4 no éramos favoritos. Canadá es uno de los mejores K4 del mundo y teníamos que salir a hacer todo perfecto para llevarnos el oro y así se dio. Por eso también la efusividad del festejo».
Vernice sumó tres medallas para llegar a cinco en su carrera panamericana. Foto Carlos Acuña/Santiago2023 vía PHOTOSPORTY cuando escucha que es el único atleta argentino que logró ganar más de un oro en Santiago, admite: «Me llena de muchísimo orgullo».
Vernice no solo había llegado a Chile con expectativas propias. Era también uno de los atletas argentinos a los que muchos apuntaban como candidato a sumar un oro. Una presión con la que está acostumbrado a convivir.
«Estamos todo el tiempo lidiando con desilusiones, presión y ansiedad. Son parte del deporte. Entiendo que es parte de los desafíos que tenemos y me enorgullece mucho superarlos, algo que no pasa siempre», reflexionó. «Trato de usarlo a mi favor, no es fácil, pero trato de que eso me cargue de energía, sin quemarme. A la hora de la verdad, en el momento previo a la competencia cuando estoy a segundos de largar, solo estoy pensando en lo que tengo que hacer. Y dejo de lado todas las emociones. Trato de ser lo más frío posible, disfrutar de lo que hago de manera simple, y cuando eso me sale, es cuando mejores resultados tengo».
El bonaerense irrumpió en la escena internacional cuando se consagró campeón mundial sub 23 en K1 1000 en 2017. Entonces entró en una curva de crecimiento casi constante que lo llevó a ser finalista en los últimos tres mundiales de mayores y a conseguir un diploma olímpico en Tokio 2020. Una evolución que responde a una receta sencilla.
Vernice y Rossi en el podio del K1 1000. Foto Carlos Acuña/Santiago2023 vía PHOTOSPORT«Es el resultado de un cúmulo de cosas. El trabajo es una de ellas y la más importante. También la ilusión y la pasión. Y la búsqueda constante de la superación», resumió. «El crecimiento es gracias a que, con mi entrenador Diego Cánepa, hemos trabajado incansablemente en la búsqueda de la mejora constante, que obviamente me lleva a lugares incómodos, a ir siempre por más y a disfrutar muy poquito tiempo de lo conseguido. Son muchísimas horas de entrenamientos diarios y disfrute que están dando sus frutos. Y eso para mí es muy importante. Todavía estamos mejorando y quiero pensar que estamos lejos de llegar al techo».
Tras el doble oro y el triple podio de Santiago, Vernice ya apunta con todo París 2024, la cita olímpica a la que clasificó al finalizar noveno en el Mundial de Duisburgo, en agosto. Los Juegos de la capital francesa serán una especie de revancha para él, que en la final de Tokio erró la estrategia y quedó octavo.
«Los resultados como el de los últimos Juegos son los que me ayudan en los días más difíciles, cuando menos ganas tengo, para no desistir. Ojalá tenga revancha y en París pueda usar la experiencia de lo hecho en Tokio a mi favor para mejorar», soñó.
La enorme actuación de Vernice fue el broche de oro de otros muy buenos Panamericanos del canotaje nacional, que terminó segundo en el medallero del deporte detrás de Canadá.
El K4 500 durado de Santiago 2023. Foto Carlos Acuña/Santiago2023 vía PHOTOSPORTUn mérito grande, sobre todo si se considera que el seleccionado vino a Chile con varios atletas muy jóvenes, que disputaron sus primeros Juegos. Fue el caso de Rossi, que a los 21 años sumó su primer podio, y dos de las compañeras de Ameghino en el K4 de bronce, Sequeira (22) y Dalto (23).
El bonaerense no duda del por qué de los buenos resultados conseguidos.
«Estamos trabajando de manera muy unida y de manera incansable. Estamos todos muy comprometidos, los entrenadores, los dirigentes y especialmente mis compañeros y yo. Por suerte en Santiago los resultados salieron a la luz», explicó. «Quedar segundos detrás de Canadá, que es un país de la elite mundial, con una estructura muchísimo más grande, es un resultado enorme».
El seleccionado argentino de canotaje que sumó siete medallas en Santiago 2023. Foto @DeportesARVernice se ilusionó con que este balance positivo -sumado a los resultados que el deporte viene consiguiendo en los últimos años- empuje para que el apoyo siga creciendo y para que se haga realidad un viejo sueño: el de la pista propia.
«La pista no es solo importante para mí y para los otros atletas del seleccionado. Involucra también a todos los chicos que vienen atrás, que hacen canotaje por gusto y por ahí nunca van a ir a un Juego Panamericano u Olímpico, pero que van a estar mamando todos los valores que te da el deporte», reflexionó.
Y continuó: «La necesitamos en muchos sentidos. Estaría buenísimo poder organizar un selectivo nacional con una pista en las mismas condiciones de las que competimos internacionalmente y que no estén nuestros entrenadores en los últimos días arriba de una lancha, haciendo fuerza y tirando cables para poder tener una pista más o menos decente. O que Argentina pueda recibir una competencia internacional. Y me parece que nos la merecemos. Viendo tantas inauguraciones de estadios en los últimos 20 años, me gustaría que algún día se haga una inversión en este deporte, que no es solo para ganar una medalla más».