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Fútbol Femenino. Las jugadoras de San Lorenzo denuncian a su dirigencia

El plantel de Primera División de San Lorenzo hizo público un contundente reclamo contra la dirigencia del club, denunciando una serie de irregularidades que afectan de manera directa sus condiciones de trabajo, su preparación deportiva e incluso su bienestar básico. El comunicado, difundido en redes sociales y replicado por todas las futbolistas, expone una realidad que vuelve a poner en el centro del debate la precariedad estructural del fútbol femenino en Argentina.

Las jugadoras denuncian graves irregularidades.

Según el escrito, las jugadoras mantuvieron previamente conversaciones con directivos para plantear sus necesidades, pero no obtuvieron respuestas ni soluciones. Entre las denuncias más graves, destacan la falta de cobertura médica desde hace más de cuatro meses, la ausencia de un médico durante los entrenamientos por un lapso de tres meses y la carencia de insumos básicos para la rehabilitación de lesiones. “A pesar de nuestro compromiso y orgullo por representar estos colores, soportamos malas condiciones para entrenar, competir y vivir que no merecemos”, señalaron.

Las condiciones materiales en las que desarrollan su actividad también son preocupantes: canchas en mal estado, entrenamientos con una sola muda de ropa desde enero, vestuarios y baños en condiciones deficientes, y una pensión sin agua caliente, con cortes de luz y agua cada tres días, problemas de humedad, goteras y falta de cocina o alimentos.

La logística es otro punto crítico. Las futbolistas denunciaron que el club no garantiza traslados adecuados, llegando incluso a no disponer de micros para partidos oficiales, incluyendo encuentros frente a Platense, Huracán y amistosos ante la Selección Argentina. A esto se suma una alimentación deficiente: “En varias ocasiones no tuvimos nada para desayunar y debimos costearlo de nuestro bolsillo. Lo mismo sucedió con viandas para los partidos”, explicaron.

En el plano económico, el reclamo incluye la falta de pago de viáticos desde el inicio del año y la ausencia de los premios correspondientes al título obtenido en 2024. Además, mencionan que la institución había prometido asumir alquileres de vivienda, pero nunca formalizó esos acuerdos.

Las Divisiones Juveniles atraviesan una situación similar. Según el comunicado, perdieron tres partidos por falta de gestión dirigencial, no cuentan con ropa oficial ni con agua suficiente durante los encuentros, y se registró incluso el olvido de solicitar una ambulancia, requisito indispensable en el marco de la competencia.

El respaldo del cuerpo técnico y el antecedente en otros clubes

El entrenador Franco Bertera respaldó públicamente el reclamo: “Sin un cambio estructural en la gestión de recursos no podemos asegurar que San Lorenzo siga siendo un referente del fútbol femenino ni un espacio donde las jugadoras puedan desarrollarse en condiciones dignas”. De hecho, fue el propio cuerpo técnico quien decidió suspender la pretemporada en Mendoza al no recibir garantías de hospedaje por falta de pago.

Este no es un caso aislado. Situaciones similares se han repetido en otros clubes. Hace apenas unos meses, el plantel femenino de Newell’s Old Boys denunció públicamente la falta de pago por parte de su dirigencia, un hecho que evidencia que la problemática excede a San Lorenzo y responde a una deuda estructural en la organización del fútbol femenino argentino.

La moneda corriente de la disciplina y sus responsables

Si bien el reclamo apunta directamente a la conducción de San Lorenzo, la situación también pone en cuestión el rol de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). El organismo rector, encargado de regular y supervisar las competencias, tiene responsabilidad en garantizar que los clubes cumplan con los mínimos estándares de profesionalización establecidos en el estatuto del fútbol femenino.

A esto se suma un señalamiento directo a la propia dirigencia: gran parte de los recursos económicos de la institución se destinan casi exclusivamente al plantel masculino, mientras que el equipo femenino queda relegado y sin los fondos necesarios para funcionar bajo condiciones mínimas de profesionalización.

Lo que hoy exponen las jugadoras de San Lorenzo no es un hecho aislado, sino la moneda corriente en gran parte del Fútbol Femenino: precarización laboral, falta de infraestructura adecuada, sueldos atrasados y condiciones indignas son la realidad cotidiana de muchos planteles femeninos en el país.

A continuación, compartimos el comunicado:

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