Probablemente a nadie más en el mundo le haya sucedido lo que a Sergio Escudero cuando durante el sorteo de la fase de grupos del Mundial de Clubes las bolillas cruzaron a River y al Urawa Red Diamonds de Japón. Hoy jugando en Australia a sus 36 años, Escudero tal vez sea la única persona entre las más de 8.000 millones que habitan este planeta que es hincha de River y de Urawa, el equipo que marcó su vida profesional entre 2005 y 2012. “De River y de Chacarita”, aclara, “como mi viejo”. Su padre, Sergio Escudero, también jugó en el club japonés a principios de los ‘90, cuando se fundó la J-League. Como su tío Osvaldo, acaso el Escudero más conocido, el Pichi, quien fue parte de la gesta del campeón juvenil Sub 20 en Japón con un tal Diego Armando Maradona y con Ramón Díaz y que es padre de Damián, el mediapunta que brilló en Vélez y que tuvo un breve paso por Boca en el 2010.
El futbolista nacido en Granada atiende a Olé y proyecta lo que le puede esperar al equipo de Gallardo el martes en el Lumen Field de Seattle, en el debut contra un rival del que poco se conoce en Argentina. Para él, en cambio, es el club que lo hizo futbolista profesional y el que lo llevó a jugar partidos para la selección japonesa Sub 23 en la previa a los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008.
-¿Qué pensaste, Sergio, cuando a River le tocó con Urawa en el sorteo del Mundial?
-Fue algo muy lindo porque yo, además de ser de Chacarita soy hincha de River. Trato de seguirlo sin importar la diferencia horaria, trato de ver cómo juega, cómo dirige Gallardo, qué jugadores están. Y también soy de Urawa, je. A ellos también siempre los veo, sea como sea, en directo o en diferido. El otro día, por ejemplo, estaba entrenando y el Urawa justo estaba jugando contra el Cerezo, y lo primero que hice cuando terminó el entrenamiento fue chequear cómo le fue. Conozco a todos sus jugadores, conozco a los que trabajan ahí, a los directivos, al presidente, a los hinchas. Conozco a todo el mundo. Pero sí, es algo muy lindo que se haya dado esto. ¿La verdad? Me gustaría estar ahí el día del partido.
-¿Y qué es el Urawa, cómo lo describirías?
-Bueno, soy hincha pero te puedo dar información de ellos, je. Este año formaron un muy buen plantel para ir al Mundial. Tienen una lista muy larga de jugadores, de un buen currículum, pero no la usan: siempre son los mismos 11 ó 12. Jugaron muchos partidos en estos meses, cada tres o cuatro días, y casi siempre con el mismo equipo. Es un conjunto muy sólido: atrás tienen a dos extranjeros, un brasileño (Danilo Boza) y un noruego (Marius Høibråten) y en el medio tienen al tercero, el sueco Gustafson, que también es muy buen jugador. Empezaron con Thiago Santana jugando de nueve, pero la verdad que no la estaba metiendo, no estaba andando bien, y encima estuvo casi dos meses y medio lesionado. Volvió hace poco, pero los chicos japoneses que juegan en su lugar son más rápidos, más potentes.
-En resumen, seríá disciplina táctica y transiciones rápidas explotando la velocidad…
-Sí, tal cual. El tema es ver qué pasa en este partido. Urawa es un equipo muy rápido, las transiciones son muy veloces, pero contra River, que va a tener la pelota, que imagino va a tranquilizar los tiempos, esa transición por ahí no le va a servir tanto. Va a tener que cambiar un poco su juego. Porque si River tiene la posesión y maneja los tiempos se le va a complicar llegar al gol. En Japón el fútbol es distinto, de ataque contra ataque. Si Urawa piensa así el partido, puede quedar mal parado para una segunda transición en la que se arme el tres contra dos o el cuatro contra tres.
Sergio Escudero –
Sergio Escudero, ex jugador de Urawa Red Diamonds con raíces argentinas.
Video: Olé.
-¿Qué partido te imaginás?
-Imagino que River va a querer controlarlo sin darle tanta posibilidad para la contra y que también van a ser inteligentes con foules tácticos para cortar juego. Pero eso sí: River debe tener mucho cuidado con la velocidad del Urawa. Una cosa es verlos por la tele y otra cuando los ves de cerca. ¡Son rápidos de verdad, eh!
-River ya jugó partidos contra equipos japoneses en estos años: victorias holgadas con Gamba Osaka y Kashima Antlers y otra muy sufrida contra el Sanfrecce de Hiroshima en 2015. ¿Se puede dar alguna de esas dos tipologías de partido?
-Urawa se va a plantar atrás y le va intentar a quitar todos los espacios. Al ser fase de grupos y no una eliminatoria, ellos deben tener especificados los equipos para ganar y creo que deben tener en el plan que a River tienen que sacarle puntos, al menos uno. Y para eso la única es si conectan un contragolpe. El problema que puede tener River es apurarse para buscar el gol. Si se desespera, le daría la posibilidad al Urawa de contraatacar y va a sufrir de verdad: el jugador argentino hace mucho gimnasio y es muy fuerte de arriba, pero el estado físico y la rapidez de los japoneses es una locura. Es criminal lo que corren.
-¿Hay mucha expectativa en Japón por el Mundial? Las imágenes de la hinchada de Urawa despidiendo al equipo fueron impactantes…
-En general, el fútbol japonés mucha bola no le está dando al Mundial de Clubes, pero para Urawa es muy importante. Es un equipo que siempre tiene entre 40 y 50 mil espectadores en cada partido. Si lo comparás con un equipo de Argentina, es similar a River, aunque en el Monumental te entren casi 100.000 personas. Incluso en los partidos que juegan de visitante parecen locales: los rivales siempre dicen que les roban el estadio porque lleva más gente, tienen más voz. La verdad es que la hinchada de Urawa es la más grande de Japón y no sé si de Asia, entonces sí se espera que vaya a crear una buena atmósfera ahí en EE.UU. Van a llevar mucha gente, van a estar cantando los 90 minutos, así que ese duelo de hinchadas creo que va a estar muy interesante.
El delantero de 36 años que pasó por las Inferiores de Vélez también tuvo una etapa en el fútbol de China.
-Le copiaron cantitos a las hinchadas argentinas en Japón…
-Sí. La hinchada de Urawa me creó una canción: “Arriba, arriba, arriba Sergio, arriba, arriba, arriba Sergio”. Hay muchos brasileños y con ellos usan mucho el “vamos”. Entonces, para diferenciarme a mí que soy argentino me pusieron “arriba”, buscaron la palabra específica del español, je.
River Plate –
Sergio Escudero sobre la hinchada de Urawa Red DIamonds
Video: Olé.
-Jugaste varios años allá, desde Inferiores. ¿Cómo fue ese impacto cultural para vos?
-Sí, yo estuve dos años y medio en las Inferiores, que son distintas a las de Argentina, no es por categoría sino por selectivos, Sub 13, Sub 15, etc. Y después subí a Primera con 16 gracias a Guido Buchwald, estuve entre ocho y nueve años jugando como profesional en Urawa. Obviamente fue duro. Es una historia larga pero trato de resumirla: mi papá jugó un año en Urawa y después de eso lo contrataron como entrenador. En ese interín, que fueron casi cinco años, yo hice un poco del jardín y parte de la primaria en Japón, hasta segundo grado. Solo hablaba japonés, no sabía una palabra de español, tartamudeaba si quería decir algo. Cuando pasé a tercer grado nos mudamos a Argentina y me tuvieron que meter en una escuela con profesor a contraturno para aprender el idioma español, ni el abecedario sabía. Con el paso del tiempo empecé en Vélez, jugué con Nico Otamendi, jugaba contra Agüero, Di María: después casi los enfrento en los Juegos Olímpicos de China (2008) pero al final me dejaron afuera. Tenía un futuro grande ahí, hasta que un día llegó mi papá y me dijo “mirá, el año que viene nos volvemos para Japón”. Yo no quería saber nada, “ni en pedo”, le decía, “tengo novia, estoy en Vélez”…
-¿Y qué pasó?
-Ya me había olvidado del japonés, no sabía decir ni “konnichiwa” (hola). Pero bueno, la verdad es que en Argentina se nos dio una vida muy jodida y mi viejo optó por dejar todo. Y nos fuimos. Primero mi viejo, y a los seis meses nos mandó los pasajes a mi mamá, mi hermana y a mí. Ahí empezó la segunda vida en Japón, en una casa muy chica primero, y nos tuvimos que volver a adaptar. Me costó muchísimo, no tenía ganas, pensaba “para qué mierda me trajiste a Japón”, el fútbol se jugaba en tierra, sin pasto, el colegio era demasiado estricto, de 8 de la mañana a 4 de la tarde, con uniforme, una gorra de mierda, te trataban como militar.
-Uf…
-Sí, muy diferente. Me costó un año, año y medio, recapacitar y meterme en mi cabeza que se me había acabado la vida en Argentina y que tenía que lograr ser profesional en Japón. Tuve que cambiar mi mentalidad, estudiar japonés de vuelta, inglés, entender cómo ser disciplinado y respetuoso. En Argentina un técnico me decía “andá a cagar” y yo por ahí lo puteaba, me peleaba con todo el mundo. Japón me enseñó a ser muy educado, a agachar la cabeza. A veces pensás “no, hijo de puta, no tenés razón, estás diciendo boludeces”, pero pedís perdón y te la bancás. Vos estás en la cultura de ellos y no al revés, hay que aceptarlo.
-Y tu primo arrancó como vos, en Vélez, con una vida que fue en paralelo.
-Sí, tal cual, ahora yo me estoy hablando con Damián porque estamos haciendo unas cosas juntos en Argentina, llevando jugadores japoneses: estamos trabajando juntos. Él es como mi hermano gemelo, somos muy unidos, desde chiquitos. Yo seguí muy de cerca toda su carrera, desde que la rompió en Vélez. Lo fui a visitar a España cuando pasó del Villarreal al Valladolid. Fue una carrera muy linda, en Brasil le fue muy bien también y tuvo después algunas lesiones. En Boca por ahí no tuvo mucha suerte, pero que tu viejo y vos hayan podido llegar a jugar en ese club es algo que no le pasa a mucha gente, es un orgullo que tenemos los Escudero.
-¿Ese Sub 20 con Maradona en el ‘79 cambió tu propia vida, no?
-Cien por ciento. Cuando Japón arma la J-League en los ‘90 eran muy pocos equipos, y todos tenían en la cabeza el Mundial del ‘79. Lo vieron a Diego, a mi tío Pichi, a Ramón Díaz y ahí empezaron a venir varios: Ramón, Medina Bello, el hermano de Maradona. Mitsubishi primero lo contrató a mi tío, y cuando él llegó a Urawa los directivos le pregunta´ron si conocía algún jugador, algún extremo, y le dijo “claro, sí: mi hermano”. Ahí llevaron a mi papá, que estaba justo libre. Y así arrancó todo…
El tío de Sergio integró la Selección Junevil campeona del mundo en Japón en 1979. Arriba, de izquierda a derecha: Sergio García, Daniel Sperandio, Abelardo Carabelli, Rubén Rossi, Juan Simón y Hugo Alves. Abajo: Juan Barbas, Osvaldo Escudero, Ramón Díaz, Diego Maradona y Gabriel Calderón. (Foto: El Gráfico)
Seattle (enviado especial).
La entrevista completa con Sergio Escudero con Olé
Sergio Escudero –
Nota con Sergio Escudero, ex jugador argentino de Urawa Red Diamonds
Olé