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Ledesma: Vamos a ganarnos la vida, no a dejarla en una obra

El secretario general de la Uocra Chaco advirtió que el 45% de las obras en la ciudad se realizan sin controles ni trabajadores registrados. Un reciente derrumbe dejó tres heridos y expuso la precariedad del sector.
Casi el 45% de las obras en construcción en Resistencia se realizan en condiciones de informalidad, sin control estatal ni cumplimiento de las normas básicas de seguridad laboral.
Así lo denunció el secretario general de la Uocra Chaco, Ariel Ledesma, tras el derrumbe parcial de una obra ubicada en avenida Vélez Sársfield y calle Felipe Gallardo, que dejó tres obreros heridos el lunes.
«Tenemos casi la mitad de las obras funcionando de manera irregular. Son obras por administración, hechas por familias que construyen con ahorros o créditos, sin empresas formales ni cumplimiento de normativas», señaló Ledesma en diálogo con la prensa.
El incidente ocurrió el lunes pasado, en una obra de demolición que no contaba con cartel de obra ni registro oficial en la intersección de avenida Vélez Sársfield y calle Felipe Gallardo, en Resistencia. «No sabemos si eran contratistas o si simplemente agarraron una changa. Muchas veces alguien toma una demolición, presenta un presupuesto bajo y contrata a trabajadores sin registrar», explicó.

Obras sin control, trabajadores sin derechos
Según Ledesma, la informalidad en el sector está estrechamente ligada a la falta de control estatal. «El municipio es el que habilita las obras, y la Dirección Provincial de Trabajo debe verificar si los trabajadores están registrados, si tienen seguro, ropa de seguridad y elementos de protección. Pero eso no siempre sucede», cuestionó.
El gremio realiza inspecciones y denuncias ante el Ministerio de Trabajo, pero advierte que no tiene poder para suspender obras. «Nosotros vamos, vemos si hay cartel, y si no hay documentación, denunciamos. Pero la autoridad para clausurar una obra es del municipio o del Ministerio», aclaró.
Ledesma también advirtió que muchas de estas construcciones irregulares se desarrollan en barrios cerrados o countries, donde «ni siquiera los controles de seguridad del lugar verifican si los trabajadores tienen seguro o están en blanco».

Riesgos y consecuencias de la informalidad
Los tres obreros heridos tras el derrumbe están fuera de peligro, aunque uno sufrió fracturas y otro un golpe en la cabeza. «Si uno de ellos moría, la familia no cobraba nada. No hay cobertura, no hay seguro, no hay jubilación. Es lo más crudo de trabajar en negro», lamentó Ledesma.
Desde la Uocra también alertan sobre las consecuencias a largo plazo de la informalidad: «Muchos trabajadores tienen miedo de que si los blanqueamos pierdan beneficios como la asignación familiar.
Pero no ven que están perdiendo mucho más: la obra social, el derecho a jubilarse a los 55 años, la cobertura en caso de accidente».

Llamado a la concienciación
El gremialista insistió en la necesidad de que el municipio intervenga con mayor firmeza para frenar el avance de la informalidad en la construcción.
En particular, exigió controles más estrictos en las obras públicas: «Cuando el Estado construye, tiene que dar el ejemplo. No puede contratar empresas que trabajen con obreros en negro».
Asimismo, llamó a los propios trabajadores a denunciar condiciones de riesgo: «Cuando vean que están en peligro, que se acerquen al gremio. Nosotros los vamos a ayudar. Pero no podemos hacer nada si no sabemos dónde están trabajando».
Trabajo no registrado
«El número de trabajadores formales sigue siendo bajo. Teníamos 4.500 obreros registrados y ahora bajamos a 4.100. Eso se debe a los despidos masivos tras la finalización de algunas obras, como los paneles solares», explicó.
Pese al retroceso, Ledesma se mostró esperanzado con algunas iniciativas que podrían generar nuevos puestos de trabajo hacia fin de año: «Con el programa de fiduciaria inmobiliaria, estimamos que podríamos llegar a 6 mil trabajadores activos en diciembre».
El dirigente sindical fue crítico con la situación general del sector, en especial por la irregularidad en el financiamiento de obras: «Lo que está moviendo muy difícil es que no hay continuidad en los pagos de los certificados. Eso impide que las empresas contraten más trabajadores. Están operando con lo mínimo».
Consultado sobre la iniciativa oficial que involucra a la fiduciaria del Chaco, sostuvo: «Lo veo como positivo, pero no es la solución. Hay varios factores que deben corregirse.
Es una propuesta pensada para un determinado perfil de personas, no para todos».
Ledesma remarcó que los créditos inmobiliarios que promueve el fideicomiso exigen ingresos elevados: «Cada integrante de la familia tiene que cobrar más de $2 millones por mes, porque las cuotas rondan $1.5 millones<. Eso no está al alcance de cualquier trabajador».

«Vamos a trabajar no a dejar la vida en una obra»
Al finalizar, Ledesma envió un mensaje directo a los trabajadores, en el marco del derrumbe ocurrido recientemente en una obra en Resistencia: «Tenemos que recordar que uno va todos los días a ganarse la vida, no a dejarla en una obra. Hay que tener recaudos y hacer las denuncias correspondientes.
Hoy fue un accidente, pero no queremos lamentar víctimas».
«El trabajador tiene que cuidarse. Sabemos que la necesidad es muy grande, y muchas veces se aprovechan de eso. Pero hay que tener claro que uno va a trabajar para alimentar a su familia, no para que la familia llore por uno», concluyó.

Menor venta de materiales y alerta por caída en el empleo

Otro de los indicadores que muestra un estancamiento en el sector es la baja en la venta de materiales de construcción. «Pese a que algunas obras están en movimiento, no se ve el repunte habitual que suele ocurrir en esta época del año. Agosto, septiembre y octubre son meses donde históricamente se levanta el trabajo, pero eso no está ocurriendo», lamentó.
Consultado sobre sus expectativas, Ledesma fue cauto: «No quiero perder el optimismo porque creo que es lo único que me sostiene. Pero uno ve cómo se están haciendo las cosas y se da cuenta de que se están haciendo mal».
En ese sentido, contrastó la realidad de otras provincias: «Las zonas donde hay gasoductos, oleoductos o minería están trabajando fuerte, los obreros están cobrando bien. Pero esa riqueza no derrama al resto del país. Esa plata se está yendo afuera».
En relación al rubro de viviendas, mencionó el proyecto Ñachec: «Se están construyendo 20 viviendas, distribuidas entre siete u ocho empresas. Pero tenemos 350 empresas registradas. Si esto sigue así, a fin de año serán menos de 100 las que estén activas en obra pública. Eso también es preocupante».
Además del Ñachec, señaló que hay algunas obras en marcha y que resta ver los resultados del nuevo esquema fiduciario. «Vamos a ver qué resultados da dentro de unos meses», indicó.

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