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Fernando Savore: La familia argentina se maneja más con la compra del día a día

Mientras se habla de una posible reactivación del consumo, en los barrios la realidad es otra: el changuito vacío y el uso de la tarjeta de crédito para comprar alimentos marcan el pulso del día a día.

Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con Fernando Savore, vicepresidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires, quien comentó que, “la familia argentina se maneja más con la compra del día a día”.

Según explicó, ya no es común ver changuitos llenos ni compras mensuales: la economía doméstica se fragmenta a medida que los precios siguen subiendo.

Aunque los valores parecían haberse estabilizado, esta semana llegaron nuevas listas con aumentos: “El lácteo subió un 2,5%, el café un 5% y las galletitas un 3%”, detalló Savore. Cada ajuste castiga aún más al bolsillo del consumidor.

Aumentos mensuales que no dan tregua

Los lácteos, por ejemplo, tienen ajustes regulares. “Siempre a comienzos de mes llega la nueva lista de precios”, explicó el almacenero. Y aunque este mes esperaban una pausa, la suba volvió a impactar.

Desde comienzo de año ya acumulamos un 15% de aumento”, advirtió. Para ejemplificarlo, dijo: “Si un producto cuesta 1.600 pesos, comprás dos y ya son 3.200, por 30 días hablamos de más de 100.000 pesos”. Ese número representa lo que una familia puede llegar a gastar solo en alimentos esenciales.

Endeudamiento y tarjetas de crédito

La última semana del mes se vuelve crítica. “Vemos como la tarjeta de crédito aparece más en el negocio; se acabó el dinero físico”, indicó. Una alarmante estadística muestra que el 91% de los hogares argentinos están endeudados, y buena parte de ese endeudamiento es por la compra de comida.

El modelo de negocios también se trastoca: “Durante mucho tiempo las empresas apostaron a vender poca cantidad con mucho margen”, dijo Savore, y remarcó que eso ya no es sostenible. “Debería ser al revés, más cantidad con menor margen”, opinó.

Paraguay, una comparación incómoda

Desde Paraguay, donde fue invitado a dar una charla por la Cámara Almacenera, Savore hizo una comparación que deja en evidencia el problema local: “La mercadería acá está un 40% más barata que en Argentina”, afirmó.

Un paquete de galletitas cuesta 1.000 pesos acá y allá pagamos 1.400. Un Fernet, 9.000 pesos acá, en Argentina entre 13.000 y 14.000”, detalló. Además, observó que en Paraguay los precios se mantienen: “Doña Rosa va al negocio con 50 guaraníes porque la leche siempre cuesta eso; en Argentina, nadie sabe cuánto costará mañana”.

Una inflación que asombra en el exterior

La inflación argentina sorprende incluso fuera del país. “Cuando cuento que llegamos a tener 25 puntos de inflación en un mes, parece una ficción”, contó el dirigente, acostumbrado a dar charlas interactivas en el exterior.

En Paraguay voy todos los días a tomar café y siempre lo pago igual. En Argentina, cada vez que voy, me cobran distinto”, relató, reflejando la volatilidad de los precios.

Diferencias estructurales y un modelo agotado

El sistema de abastecimiento también marca una diferencia. En Paraguay, los comerciantes se surten directamente desde el proveedor, sin necesidad de mayoristas. “El mayorista en Argentina pasó de ser una solución a un formador de precios”, dijo Savore.

Y concluyó: “Estamos hablando de algo que era del tiempo de mi papá: llamabas por teléfono y te traían la mercadería. En Paraguay eso todavía existe, y por eso los precios son más accesibles”.

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