“Me vuelven loco con los pedidos”, dice a LA NACION Eduardo Costantini, fundador del Malba, el museo de arte latinoamericano más importante del mundo. Se refiere a las obras icónicas del Malba y de su propio acervo, sin equivalentes en el mercado, que buscan exhibir prestigiosas instituciones como la Tate de Londres o la suiza Fundación Beyeler. Desde el domingo próximo 170 de esas piezas, de más de un centenar de artistas de la región, integrarán en Qatar la primera gran muestra de arte latinoamericano en Asia occidental y el norte de África.
-¿Qué significa esta exposición?
-Creo que significa una mayor visibilización, pone en el mapa a la Argentina, al arte latinoamericano y al Malba. Asia está incentivando programas culturales para dar contenido a sus ciudades y lo ha hecho sobre todo poniendo el acento en el arte europeo y en el arte americano. El hecho de que sea Malba la primera institución que despliegue una exhibición de esta envergadura es muy (significativo: es una integración del arte latinoamericano con el arte internacional, que es lo que buscamos. Empezamos el año con la distinción en España, donde tuve la oportunidad de presentar Malba y Malba Puertos en distintas conferencias, que di en el Thyssen y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Al mismo tiempo inauguramos la muestra de Gyula Kosice en el PAMM, en Miami, y casi simultáneamente ahora exhibimos nada menos que 170 obras en Qatar. Es una muy linda forma de ir coronando los 25 años de Malba, que vamos a celebrar el año que viene. Creo que eso también es un statement fuerte de permanencia del museo.
-¿Cómo piensan celebrar esos 25 años?
-Por un lado, vamos a hacer una gala a la que vamos a invitar a muchas personas importantes de la escena del arte internacional y de la cultura nacional. Además, estamos comenzando a preparar un libro a través de una editorial internacional muy conocida, con ensayistas también reconocidos a nivel global, de la colección Malba-colección Costantini, para distribuir en el exterior, en inglés y en castellano. Y después estamos terminando de hilvanar el cronograma del año que viene. Para el aniversario vamos a desplegar la colección permanente junto a la colección Costantini en el segundo piso.
-O sea que tu colección y la del museo van a ocupar todo el Malba.
-Sí, durante tres o cuatro meses.
-¿Cuál sería tu sueño posterior a todo esto?
–Nuestro sueño es continuar prestando obras. Pero elevando una política de préstamos, porque es muy significativo el aumento de pedidos de obras que tenemos de la colección Malba y de la que lleva mi nombre. Nos vemos obligados a negar algunos préstamos porque tenemos que articular la calidad de la sala de la colección permanente con ese programa de préstamos, y también queremos articularlo con un programa de reciprocidad. Uno de los pedidos es del MoMA, que va a hacer una retrospectiva de Wifredo Lam. Para fin de año estamos prestando los dos Lam, un signo de más que buena voluntad porque nos vamos a privar de la presencia de Lam, que es fundamental. Eso tenemos que discutirlo internamente, qué es lo que vamos a hacer con los highlights. Probablemente en el futuro, si tenemos dos, prestemos solo uno. También estamos prestando obra para el Museo de Arte de Filadelfia, con el cual tenemos un proyecto muy ambicioso, una exhibición conjunta en el año 28, donde vamos a exhibir un conjunto de obras nuestras, de los highlights latinoamericanos, entrelazadas con importantes obras de arte moderno de artistas como Picasso y Kandinsky. Va a itinerar entre el Museo de Arte de Filadelfia y Malba. Ese tipo de cruces institucionales creo que es muy importante para el crecimiento, la visibilidad y la jerarquización del Malba como institución.
-Y el MoMA, ¿qué les presta a cambio de los Lam?
-Bueno, esa es una buena pregunta (ríe). Ahora vamos a empezar a articularlo mejor. Macanudo, yo te presto esto, pero te voy a pedir a cambio estas otras. Nos están pidiendo los dos Fridas varios museos de nivel internacional como la Tate, pero no se las podemos prestar porque justamente es para la época del aniversario de Malba. Vamos a prestar uno a Houston para principios del año que viene. Nos están pidiendo a Leonora Carrington por todos lados… Nos vuelven locos con los pedidos (ríe). La Fundación Beyeler, de Suiza, quiere hacer una exhibición muy importante de Frida, y también nos está pidiendo. La Fundación Mapfre nos pide un Remedios Varo, Armonía, que es espectacular. Y así, todo simultáneamente. Es increíble la cantidad de museos de una jerarquía impresionante. Somos una referencia del arte latinoamericano. Creo que el libro que vamos a editar va a ser de referencia para los que quieran estudiar, de referencia. Porque tenemos obras que son casi obligatorias de mencionar en una lectura de arte latinoamericano: dos Fridas y dos Diego Rivera; tres Remedios Varos; dos Leonora Carrington; dos Lam; varios Torres García, varios Berni, varios Xul Solar. Dos obras del 22 y del 25 de Victor Brecheret; de Alejandro Otero, de Lygia Clark. Son obras las grandes obras de esos artistas.
-¿Se puede decir que es el principal museo de arte latinoamericano del mundo?
-Sin duda, sin duda. Porque aún los museos no son latinoamericanos pero tienen programas fuertes, como el Museo de Fine Arts de Houston, su estrategia de colección se ha centrado sobre todo en el arte contemporáneo. El Autorretrato con chango y loro de Frida Kahlo hoy está tasado en cien millones de dólares. Son obras que salen en decenas de millones de dólares, entonces no se puede armar una colección de un día para el otro. Tenés que tener presupuesto.
-¿Por cuánto lo habías comprado?
-Por unos 3,2 millones en 1995, hace treinta años.
-¿Por qué no vas a la inauguración de la muestra en Qatar?
-Porque va todo Malba: Teresa [Bulgheroni], Rodrigo [Moura], Marita [García], Valeria [Intrieri], Soledad [Álvarez Campos]. Yo tengo una agenda muy tupida y una hijita. Una bebé divina.
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